Digamos que soy un irresponsable y que me gasto el dinero que no me gano en artículos que quien se lo gana y me lo entrega, no lo permitiría. Para no perder mi identidad repetí el gesto tan solo una semana atrás. Debía estar en B para trámites burocráticos como siempre (tengo literalmente problemas de identidad: en ninguno de mis documentos concuerdan mis nombres, lugares de nacimiento y ahora padres (si, nací en un país que hoy no existe, donde el que ahora existe nombra sus ciudades y ciudadanos distinto, y aunque mis padres son los que son, sus identificaciones no corresponden a los registros con que las hicieron)), pero las fechas de estos tramites coincidían con la feria internacional del libro en Bogotá FILBO2010.
Así que gaste (no he encontrado tesis filosófica, sociológica, psicoanalítica que le haga comprender a mis padres que invertí) el dinero de algunos trámites en la entrada a la FILBO2010 y en 4 libros. Juro que eran urgentes, que ese ron también era urgente y que este medio litro de helado también lo es.
Sé que debería trabajar. Pero en ninguna de las de las 341345 entrevistas que he presentado, quien las hace se ha percatado de que soy un genio y me ha pedido de rodillas que quieren tenerme junto a ellos por no menos de 1000US para empezar (recuerdo que Cantinflas en alguna de sus películas les pedía personalmente el nombre a quienes no lo trataban como un personaje ilustre, para que el día en que llegara a ser famoso, tuviera bien clara la lista de enemigos a vengar: he pensado en hacer lo mismo).
1. Me encantan los libros para niños, lo cual no equivale a que me interese la literatura infantil. No me interesa si se le cae la casa a unos cerditos, si a la gente no le quedan bien los zapatos y tiene que regresar a casa a media noche, o si hay lobos que quieran dedicarse a posar de abuela. Lo que me interesa son esos libros que al abrirse despliegan figuras inmensas que salen de ellos, figuras que se pueden halar al antojo. Me encantan esos juguetes retractiles, y en FILBO encontré varios con los que delire.
Así que gaste (no he encontrado tesis filosófica, sociológica, psicoanalítica que le haga comprender a mis padres que invertí) el dinero de algunos trámites en la entrada a la FILBO2010 y en 4 libros. Juro que eran urgentes, que ese ron también era urgente y que este medio litro de helado también lo es.
Sé que debería trabajar. Pero en ninguna de las de las 341345 entrevistas que he presentado, quien las hace se ha percatado de que soy un genio y me ha pedido de rodillas que quieren tenerme junto a ellos por no menos de 1000US para empezar (recuerdo que Cantinflas en alguna de sus películas les pedía personalmente el nombre a quienes no lo trataban como un personaje ilustre, para que el día en que llegara a ser famoso, tuviera bien clara la lista de enemigos a vengar: he pensado en hacer lo mismo).
1. Me encantan los libros para niños, lo cual no equivale a que me interese la literatura infantil. No me interesa si se le cae la casa a unos cerditos, si a la gente no le quedan bien los zapatos y tiene que regresar a casa a media noche, o si hay lobos que quieran dedicarse a posar de abuela. Lo que me interesa son esos libros que al abrirse despliegan figuras inmensas que salen de ellos, figuras que se pueden halar al antojo. Me encantan esos juguetes retractiles, y en FILBO encontré varios con los que delire.
2. Existen títulos acertados. No recuerdo quien decía de quien, que su mayor virtud era escribir los títulos de su libros, y que su peor defecto era escribir lo restante. No sé si este sea un ejemplo por el contenido (que nunca hojee, ni ojee), pero sí lo son estos sus títulos (y colores deliciosos) encontrados en FILBO2010.
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