18.10.10

Medidor de descomposición

Contaba Fellini que en una época de su vida en la que ya había empezado a sumergirse en la vejez, hacia el siguiente ejercicio: se encerraba en una habitación sin ventilación por horas, luego salía muy presurosamente de ella cerrando a su paso la puerta, y volvía a abrirla dos o tres minutos después asomando únicamente la nariz para percatarse si allí adentro olía a viejo.

Quizá sea este el medidor con ingeniería más fina que haya podido inventarse para tales fines.

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